En las últimas décadas, el reemplazo valvular aórtico percutáneo (TAVI) se ha convertido en una de las principales estrategias de abordaje terapéutico para pacientes con estenosis aórtica (EA) severa sintomática, abarcando diversos subgrupos etarios y niveles de riesgo quirúrgico. En comparación con el tratamiento estándar mediante cirugía de reemplazo valvular aórtico, el TAVI ha demostrado ventajas clínicas sustanciales, sin el riesgo elevado asociado a la cirugía, lo que lo posiciona como una alternativa válida para pacientes con riesgo quirúrgico elevado o prohibitivo.
Si bien existe abundante evidencia respecto a los beneficios del TAVI en pacientes con EA sobre válvula aórtica tricúspide, la evidencia clínica sobre sus implicancias y seguridad periprocedimiento en aquellos con válvula aórtica bicúspide (BAV) es limitada. Además, dentro de este subgrupo con alto riesgo anatómico, los pacientes con BAV tipo 0 o tipo 1 cuentan con escasa evidencia científica que respalde el uso de TAVI.
El objetivo del presente estudio realizado por Weiya Li y colaboradores de la Sichuan University (China) fue analizar las implicancias clínicas del TAVI en pacientes con EA de distintas anatomías valvulares.
Con este propósito, se llevó a cabo un estudio internacional observacional de cohorte retrospectivo que incluyó pacientes con EA sometidos a TAVI en tres centros médicos de alto volumen en China, Alemania y Dinamarca, antes de octubre de 2018. Los pacientes fueron estratificados según su anatomía valvular aórtica: válvula tricúspide (VT), BAV tipo 0 y BAV tipo 1. Se documentó un seguimiento a 5 años para toda la cohorte, y el objetivo primario fue la mortalidad por todas las causas.
Se incluyó un total de 2.553 pacientes sometidos a TAVI con seguimiento a 5 años (mediana de seguimiento de 3,4 años), de los cuales 134 presentaban anatomía BAV tipo 0, 305 BAV tipo 1 y 2.114 VT. La edad promedio de población muestral fue de 79,9 ± 6,8 años, con una puntuación promedio del score de riesgo quirúrgico de la Society of Thoracic Surgeons (STS) de 3,6%.
Respecto al objetivo primario, los pacientes con anatomía BAV tipo 1 (HR ajustado 2,38 [IC95% 1,32–4,28]; p=0,004) y VT (HR ajustado 3,02 [IC95% 1,71–5,31]; p<0,001) presentaron una mayor mortalidad por todas las causas a 5 años, en comparación con los pacientes con anatomía BAV tipo 0.
Asimismo, en términos de parámetros vinculados al procedimiento, el subgrupo de pacientes sometidos a TAVI con prótesis valvulares balón-expandibles presentó una mayor mortalidad total en el seguimiento respecto a aquellos con prótesis autoexpandibles, con una diferencia estadísticamente significativa entre ambos subgrupos (41,7% vs. 23,6%; HR 1,63 [IC95% 1,05–2,51]; p=0,028).
Conclusiones
De acuerdo con este estudio de pacientes del ‘mundo real’, aquellos sometidos a TAVI con anatomía valvular aórtica bicúspide tipo 0 o tricúspide presentaron una mayor sobrevida en comparación con los pacientes con anatomía bicúspide tipo 1.
Dr. Cristian M. Garmendia
Miembro del Comité Editor CACI
Título original: Long-Term Outcomes of BAV-0 Patients Compared With BAV-1 and TAV Patients After TAVR.
Cita: Li W, et al. JACC:Cardiovas Interv 2025;10.1016/j.jcin.2025.05.045
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