La angioplastia transluminal coronaria (ATC) constituye una de las principales estrategias de revascularización en pacientes con enfermedad coronaria aterosclerótica (ECA). En este contexto, durante las últimas décadas se han observado notables avances en las tecnologías disponibles para lograr dicha revascularización, desarrollándose métodos de optimización de la ATC, como la guía por fisiología coronaria y los métodos de imagen endovascular.

Diversos estudios han demostrado que el uso de herramientas basadas en fisiología coronaria, como la reserva fraccional de flujo (FFR), y de métodos de imagen endovascular, como el ultrasonido intravascular (IVUS) y la tomografía de coherencia óptica (OCT), se asocia con una reducción de eventos clínicos adversos tras la ATC, constituyendo herramientas útiles para la toma de decisiones y para optimizar el implante de stents. Sin embargo, pese a las mejoras sustanciales en las técnicas de ATC, hasta la fecha se encuentra poco explorado cuál es el mejor método de screening para el seguimiento de pacientes con ECA sometidos a revascularización optimizada por fisiología o imágenes.

El objetivo del presente estudio realizado por Yeonwoo Choi y colaboradores del Hanyang University Medical Center (Corea) fue analizar las implicancias clínicas del screening mediante un test de esfuerzo tras una ATC optimizada con métodos de imagen endovascular o fisiología coronaria.

Con este propósito se llevó a cabo el estudio POST-PCI, un ensayo clínico multicéntrico y aleatorizado que incluyó pacientes con ECA de alto riesgo sometidos a revascularización mediante ATC optimizada por imagen endovascular o fisiología coronaria. Los pacientes fueron aleatorizados en relación 1:1 a screening mediante un test funcional de esfuerzo al año o a seguimiento estándar, con un período de seguimiento de un año desde el procedimiento índice. Asimismo, se realizó un análisis de subgrupos preespecificados según la modalidad de optimización (imagen vs. fisiología). El objetivo primario fue un compuesto de muerte, infarto agudo de miocardio (IAM) y hospitalización por angina inestable, evaluado a 2 años.

Del total de pacientes incluidos en el análisis, el 74% de los procedimientos fueron optimizados mediante IVUS, mientras que el 36% lo fueron a través de FFR. En relación con el objetivo primario a 2 años, no se observaron diferencias estadísticamente significativas entre las estrategias de screening con test de esfuerzo y el seguimiento estándar, tanto en los pacientes guiados por IVUS (5,3% vs. 6,7%; HR 0,79 [IC95% 0,50-1,24]) como en aquellos sin IVUS (5,7% vs. 3,8%; HR 1,52 [IC95% 0,63-3,68]; p de interacción = 0,21).

Resultados similares se observaron en los pacientes cuya ATC fue guiada por FFR (2,6% vs. 3,9%; HR 0,65 [IC95% 0,26-1,58]) y en aquellos sin FFR (7,0% vs. 7,1%; HR 0,99 [IC95% 0,63-1,55]; p de interacción = 0,59). Cabe destacar que la realización de test funcionales como estrategia de screening en el seguimiento se asoció a una mayor frecuencia de cinecoronariografía invasiva y de revascularización, sin traducirse en una reducción de los eventos clínicos adversos.

 

Conclusiones
En pacientes con enfermedad coronaria aterosclerótica de alto riesgo sometidos a revascularización mediante ATC, el screening rutinario con test de esfuerzo post procedimiento no se asoció a una reducción significativa de los eventos clínicos adversos durante el seguimiento, independientemente de la utilización de métodos fisiológicos o de imagen endovascular.

 

Dr. Cristian M. Garmendia
Miembro del Comité Editor CACI

 

Título original: Role of routine surveillance stress testing in patients with or without imaging-guided or physiology-guided PCI.

Cita: Choi Y, et al. BMJ 2025. DOI:10.1136/heartjnl-2025-326402

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