
A pesar de los avances en las estrategias terapéuticas percutáneas, que incluyen el uso de métodos basados en fisiología e imágenes intravasculares, la cirugía de revascularización miocárdica (CRM) continúa siendo una de las principales herramientas de abordaje terapéutico en pacientes seleccionados con enfermedad coronaria aterosclerótica. En este contexto, la ocurrencia de un infarto agudo de miocardio (IAM) asociado a shock cardiogénico (SC) durante la hospitalización índice de una CRM constituye un factor de evolución clínica ominosa, por lo que resulta de vital importancia identificar el subgrupo de pacientes de mayor riesgo y determinar la estrategia terapéutica más adecuada.
Entre las posibles causas de IAM asociado a SC se incluyen la falla ventricular izquierda al momento de la salida de la bomba de circulación extracorpórea, las arritmias ventriculares con descompensación hemodinámica que incrementan significativamente el consumo miocárdico de oxígeno, y las complicaciones mecánicas, tales como lesiones de cavidades ventriculares o defectos en las anastomosis de los injertos quirúrgicos, entre otras. Independientemente de la etiología, se ha demostrado de forma consistente que el IAM con SC posterior a una CRM constituye un marcador de mal pronóstico, escenario en el cual la angioplastia transluminal coronaria (ATC) podría aportar un beneficio clínico relevante.
El presente estudio, realizado por Usman Ali Akbar y colaboradores del Camden Clark Medical Center (EE. UU.), tuvo como objetivo analizar el potencial beneficio clínico de la ATC en pacientes con IAM asociado a SC durante la hospitalización índice de una CRM.
Con este propósito, se llevó a cabo un estudio observacional de cohorte retrospectivo, que incluyó pacientes con enfermedad coronaria aterosclerótica sometidos a CRM, pertenecientes a la base de datos TriNetX, durante el período comprendido entre 2006 y 2025. Se compararon aquellos pacientes que recibieron una ATC dentro de las 24 horasposteriores a la aparición de un IAM con SC, frente a aquellos en quienes no se realizó una estrategia invasiva. El objetivo primario fue la mortalidad por cualquier causa a 30 días, realizando un análisis ajustado por potenciales factores de confusión y considerando la mortalidad como evento competitivo mediante el modelo de Fine–Gray.
Se incluyeron 218 827 pacientes, de los cuales 22 762 fueron sometidos a ATC. En este grupo, la intervención invasiva se asoció a una menor mortalidad por todas las causas (4,5% vs. 5,7%) en comparación con los pacientes que no recibieron ATC. Asimismo, la realización de ATC se asoció con una reducción en la incidencia de IAM (5,0% vs. 7,0%), accidente cerebrovascular (2,5% vs. 5,0%), insuficiencia cardíaca (15,0% vs. 28,0%) y reinternación por cualquier causa durante el seguimiento (20,0% vs. 28,0%).
Este beneficio clínico de la ATC en un escenario tan complejo se mantuvo constante incluso tras el ajuste por posibles factores de confusión y considerando la mortalidad total como evento competitivo. No se observaron diferencias en el efecto beneficioso de la ATC según el momento de realización del procedimiento (≤12 horas vs. 12–24 horas).
Conclusiones
En pacientes con shock cardiogénico luego de una cirugía de revascularización miocárdica, la angioplastia transluminal coronaria se asocia con una reducción estadísticamente significativa de la mortalidad a 30 días, representando una estrategia potencialmente beneficiosa en este contexto de alto riesgo.

Dr. Cristian M. Garmendia
Miembro del Comité Editor CACI
Título original: Outcomes of Percutaneous Coronary Intervention for Cardiogenic Shock after Coronary Artery Bypass Graft.
Cita: Akbar UA, et al. AJC 2025. DOI: 10.1016/j.amjcard.2025.10.017

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