Introducción: El tromboembolismo de pulmón (TEP) es la tercera causa de muerte cardiovascular a nivel global. Durante la pandemia por COVID-19 aquellos pacientes con TEP tuvieron una tasa de mortalidad 45% mayor que los pacientes sin TEP. Debido a esto, se han desarrollado equipos multidisciplinarios (PERT) que debaten cuál es la mejor estrategia terapéutica para cada caso puntual. Dentro del arsenal de tratamiento, el manejo endovascular está en auge por el advenimiento de nuevos dispositivos tanto de aspiración de gran calibre como en trombólisis guiada por catéter, que han logrado disminuir la presión media pulmonar, la relación ventrículo derecho/izquierdo y el tiempo de estadía en unidad cerrada. El objetivo de este trabajo es realizar un análisis comparativo entre estos dos esquemas de tratamiento endovascular.
Materiales y métodos:
Diseño: observacional retrospectivo unicéntrico en Estados Unidos entre febrero de 2018 y agosto de 2021. Se incluyeron aquellos pacientes que a criterio del PERT local consideró adecuados para un tratamiento endovascular en base a parámetros imagenológicos, hemodinámicos, clínicos y de laboratorio. La distinción entre la utilización de trombectomía mecánica o trombólisis por catéter estaba basada en los índices hemodinámicos, carga trombótica y localización predominante del trombo.
El punto final primario fue la mortalidad por todas las causas a 1 año. Los puntos finales secundarios fueron la readmisión hospitalaria por todas las causas al 1 año, readmisión hospitalaria debido a TEP al año, tiempo de estadía hospitalaria y tiempo de estadía en unidad coronaria.
Resultados: Se incluyeron un total de 147 pacientes, de los cuales 97 (66%) fueron tratados con trombectomía y 50 pacientes (34%) fueron tratados con trombolíticos guiados por catéter. La mediana de edad fue de 63 años (RIC 52-73), siendo el 48.3% mujeres y la mediana de seguimiento fue de 284 días. La mediana de frecuencia cardíaca fue de 112 latidos por minuto (RIC 101-125), la mediana de presión sistólica 100 mmHg (RIC 88-117), la mediana de saturación de oxígeno 90% (85%-93%) y la mediana de PESI 121 (95-171), es decir eran de alto y muy alto riesgo. Tanto la troponina I como los niveles de BNP estaban mínimamente elevados en ambos grupos. Los pacientes en el grupo de trombectomía tuvieron valores PESI mayores (132 vs 108, p=0.015) y mayor prevalencia de enfermedad oncológica (22.7% vs 6%, p=0.011).
No hubo diferencias en el punto final primario de mortalidad por todas las causas al año (15.8% en la cohorte trombectomía y 9,1% en la cohorte trombólisis), ni aún realizando modelos de regresión logística uni y multivariable. No hubo diferencias entre la trombectomía y la trombólisis por catéter en la readmisión hospitalaria por todas las causas al año (39.5% vs 33% p=0.477, respectivamente), la readmisión debido a TEP (3.8% vs 4.9% p=0.649), ni en la estadía hospitalaria (6 días [4-10] vs 6 días [4-10], p=0.355 ) o de unidad coronaria (3 días [2-5] vs 3 días [2-5], p=0.97). Interesantemente, no hubo diferencia en los eventos de sangrado mayor, hemorragia intracraneal o en el requerimiento de transfusiones entre los grupos (todos p>0.05).
Conclusión:
En pacientes con TEP de alto y muy alto riesgo no hubo diferencias en la mortalidad al año entre la trombectomía de gran calibre y la trombólisis guiada por catéter.
Dr. Juan Guido Chiabrando
Miembro del Comité Editor CACI
Título original: Comparison of Large-Bore Thrombectomy With Catheter-Directed Thrombolysis for the Treatment of Pulmonary Embolism
Journal of the Society for Cardiovascular Angiography & Interventions. 2. 100453. 10.1016/j.jscai.2022.100453