El infarto de miocardio (IM), tradicionalmente se ha asociado a mal pronóstico y se ha incluido en los desenlaces compuestos de los ensayos clínicos cardiovasculares. Sin embargo, mejorar la calidad de vida (QoL, por sus siglas en inglés) tras el IM suele ser más importante para los pacientes que prevenir eventos cardiovasculares aislados. Existen pocos datos sobre cómo el IM y sus subtipos afectan la QoL. El ensayo ISCHEMIA (International Study of Comparative Health Effectiveness With Medical and Invasive Approaches), de gran escala, representa un modelo ideal para evaluar la asociación entre el IM y QoL, debido a la evaluación prospectiva de ambos desenlaces. En el presente estudio, Mario Gaudino y colaboradores, analizan la asociación entre los subtipos de infarto de miocardio (procedimental y espontáneo) y la calidad de vida genérica y específica de la enfermedad en los pacientes incluidos en el ensayo ISCHEMIA.

ISCHEMIA fue un ensayo internacional, multicéntrico, aleatorizado, controlado y abierto, que asignó aleatoriamente a pacientes con al menos isquemia moderada en pruebas no invasivas a una estrategia invasiva inicial + tratamiento médico, o a una estrategia conservadora inicial + tratamiento médico, reservando la angiografía para casos de fracaso del tratamiento médico. Para el presente análisis se incluyeron un total de 4.375 pacientes.

La calidad de vida se evaluó antes y durante el seguimiento mediante el EQ-5D VAS para salud general y el SAQ-7 para salud relacionada con la angina. Ambos puntajes van de 0 a 100, donde valores más altos indican mejor estado de salud, y una diferencia de 5 puntos en el SAQ-7 se considera clínicamente significativa.

El resultado primario de este análisis fue el cambio en la calidad de vida genérica desde el inicio (evaluada mediante EQ-5D VAS). El resultado secundario fue el cambio en la calidad de vida específica desde el inicio de la enfermedad (evaluada con el SAQ-7).

La duración media del seguimiento fue de 36.2 meses (Q1-Q3: 23.8-49.5 meses). Durante el cual, ocurrieron 84 IM procedimentales (PMIs) y 352 IM espontáneos (SMIs). El IM espontáneo se asoció con disminuciones significativas tanto en la EQ-5D VAS temprana (diferencia ajustada de 5.7; IC 95%: 7.3 a 4.1 puntos) como en la tardía (3.1 puntos; IC 95%: 4.3 a 1.9 puntos), y en la SAQ-7 temprana (7.7 puntos; IC 95%: 9.4 a 6.1 puntos) y tardía (1.9 puntos; IC 95%: 3.2 a 0.7 puntos).

El IM procedimental no se asoció con cambios significativos en la EQ-5D VAS temprana (diferencia ajustada de 0.8 puntos; IC 95%: 3.3 a 1.8 puntos) ni tardía (0.7 puntos; IC 95%: 2.7 a 1.2 puntos) pero sí se asoció con una reducción en la SAQ-7 temprana (3.0 puntos; IC 95%: 5.7 a 0.4) pero no tardía (0.2 puntos; IC 95%: 2.2 a 1.8 puntos).

 

CONCLUSIONES:

En el ensayo ISCHEMIA, el infarto espontáneo (SMI) se asoció con un deterioro sostenido en la calidad de vida genérica y específica después del evento, mientras que el infarto relacionado al procedimiento invasivo (PMI) solo causó una disminución transitoria en la calidad de vida específica de la enfermedad. El SMI tuvo un impacto más significativo en el bienestar de los pacientes que el PMI. 

 

Dra. Giuliana A. Supicciatti
Miembro del Comité Editor CACI

 

TÍTULO ORIGINAL: Association Between Myocardial Infarction and Quality Of Life in the ISCHEMIA Trial.

CITA: Gaudino et al. JACC Cardiovasc Interv. 2025

REFERENCIA: https://doi.org/10.1016/j.jcin.2025.02.011