La neoateroesclerosis es un proceso vascular caracterizado por la acumulación en capas de células espumosas, centros necróticos y calcificación intimal. Este fenómeno se evidencia habitualmente en los segmentos vasculares cubiertos por stents y representa una de las principales causas de falla del stent durante el seguimiento. En este contexto, la imagen intravascular mediante tomografía de coherencia óptica (OCT) constituye el método diagnóstico con mayor resolución para su adecuada caracterización. Se ha demostrado que, más allá de los factores vinculados al procedimiento de implante del stent, existen factores relacionados con el paciente que pueden predisponer al desarrollo de neoateroesclerosis, entre ellos las concentraciones plasmáticas de colesterol LDL.

Si bien ha sido ampliamente demostrado que la reducción de las concentraciones de colesterol LDL se asocia con una disminución de eventos clínicos cardiovasculares adversos durante el seguimiento y con una menor formación de placas ateroescleróticas en los vasos coronarios nativos, el rol de esta reducción en los mecanismos vinculados a la neoateroesclerosis intra-stent ha sido escasamente analizado.

El objetivo del presente estudio realizado por Jonas Dominik Häner y colaboradores del Bern University Hospital (Suiza) fue analizar el impacto del logro de las concentraciones plasmáticas de colesterol LDL recomendadas por las guías de manejo clínico sobre el desarrollo de neoateroesclerosis durante el seguimiento.

Con este propósito, se realizó un análisis post hoc del estudio CONNECT, un estudio multicéntrico aleatorizado abierto que evaluó la prevalencia de neoateroesclerosis en pacientes con síndrome coronario agudo con elevación del segmento ST sometidos a angioplastia coronaria con implante de stents con polímero biodegradable en comparación con stents con polímero permanente, incluidos durante el período comprendido entre junio de 2017 y junio de 2020. La prevalencia de neoateroesclerosis fue determinada mediante OCT a los 3 años de seguimiento desde el procedimiento de revascularización índice, comparando a los pacientes que habían alcanzado las metas de colesterol LDL con aquellos que no lo habían logrado. Asimismo, se utilizó un modelo multivariado para analizar el impacto de las concentraciones plasmáticas de LDL sobre la presencia de neoateroesclerosis.

Para este subanálisis se incluyeron un total de 128 pacientes. La edad promedio de la población fue de 63,4 años, con un 15% de mujeres. Del total de pacientes evaluados mediante OCT a los 3 años de la revascularización, el 55% (n = 98) había alcanzado las metas de colesterol LDL recomendadas por las guías de manejo clínico, mientras que el 45% (n = 80) no había logrado dichos objetivos. Las concentraciones promedio de colesterol LDL en estos subgrupos fueron de 48 mg/dL y 87 mg/dL, respectivamente.

En relación con el objetivo primario, la OCT evidenció una menor prevalencia de neoateroesclerosis en el subgrupo que alcanzó las metas de colesterol LDL, en comparación con aquellos que no lo lograron (7% vs. 19%; OR 3,00 [IC95% 1,19–8,24]; p = 0,02). Asimismo, el análisis multivariado mostró que la concentración plasmática de colesterol LDL, por cada incremento de 25 mg/dL, se asoció de manera independiente con un mayor riesgo de neoateroesclerosis a los 3 años de la revascularización coronaria con implante de stent (OR 1,46 [IC95% 1,09–2,01]; p = 0,01).

 

Conclusiones
La concentración plasmática de colesterol LDL se identificó como un predictor independiente de la ocurrencia de neoateroesclerosis durante el seguimiento alejado luego del implante de un stent coronario, con una menor incidencia en el subgrupo de pacientes que alcanzó las metas recomendadas por las guías de manejo clínico.

 

Dr. Cristian M. Garmendia
Miembro del Comité Editor CACI

 

Título original: Low-Density Lipoprotein Cholesterol Levels and Neoatherosclerosis After STEMI: A Secondary Analysis of the CONNECT Randomized Clinical Trial

Cita: Häner JD, et al. JAMA Cardiol 2025:e254723.

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