
Diversos estudios han demostrado que los pacientes con enfermedad coronaria aterosclerótica que presentan compromiso de bifurcaciones constituyen un mayor desafío técnico en términos de revascularización percutánea, lo que a su vez se asocia con una mayor incidencia de eventos clínicos adversos en el seguimiento. En este contexto, y a pesar del desarrollo de nuevas tecnologías de stents y del uso de imagen intravascular para la optimización de bifurcaciones, persiste el debate en torno a cuál es la mejor técnica de implante de stents en este escenario.
Si bien existe evidencia sólida, incluso a nivel preclínico, que ha demostrado el beneficio de la técnica ‘double-kissing crush’ (DKC), optimizando la arquitectura del stent mediante la insuflación simultánea de dos balones coronarios, la técnica ‘mini-crush’ (MC), que optimiza el stent mediante un solo balón, ha surgido como una estrategia eficaz y segura en pacientes seleccionados. Hasta el momento, no existe evidencia suficiente que haya comparado de manera directa ambas técnicas en el tratamiento de bifurcaciones coronarias.
El objetivo del estudio realizado por Pedro E. P. Carvalho y colaboradores del Minneapolis Heart Institute Foundation (Estados Unidos) fue analizar las características procedimentales de pacientes sometidos a revascularización mediante las técnicas de DKC o MC.
Con este propósito, se llevó a cabo un estudio multicéntrico observacional retrospectivo que incluyó pacientes con enfermedad coronaria aterosclerótica sometidos a angioplastia transluminal coronaria (ATC) de bifurcaciones coronarias, pertenecientes al registro PROGRESS-BIFURCATION, durante el período comprendido entre 2013 y 2025. Se evaluaron las características asociadas a la revascularización con DKC y MC, respectivamente.
Se incluyeron para el análisis un total de 2.508 pacientes. Del total, el 7,3% (n=184) fue tratado mediante MC y el 10,2% (n=257) mediante DKC. La optimización con imagen intravascular fue significativamente más frecuente en el grupo DKC en comparación con el grupo MC (41,9% vs. 21,3%; p < 0,001).
No se observaron diferencias estadísticamente significativas en términos de éxito técnico (98,4% vs. 98,8%; p = 0,70), ni en el éxito del procedimiento (94,2% vs. 94,9%; p = 0,77). Asimismo, no se evidenciaron diferencias significativas en la incidencia de eventos cardiovasculares adversos mayores (MACE) entre ambas técnicas (5,0% vs. 4,5%; p = 0,84).
La estrategia MC se asoció a un menor tiempo total del procedimiento en comparación con DKC (90 [58–127] vs. 107 [73–172,5] minutos), así como a un menor tiempo de fluoroscopia (24 [15,5–34,1] vs. 30 [21,6–44] minutos), con diferencias estadísticamente significativas. Con una mediana de seguimiento de 754 días, el grupo MC presentó una mayor incidencia numérica de MACE (29,8% vs. 20,9%; p = 0,09). Sin embargo, en el análisis ajustado por score de propensión, no se observaron diferencias estadísticamente significativas en MACE entre los grupos (HR ajustado 1,73 [IC 95% 0,81–3,71]; p = 0,14).
Conclusiones
En pacientes con enfermedad coronaria aterosclerótica con compromiso de bifurcaciones, la técnica de MC demostró un éxito técnico y procedimental comparable al de DKC, sin diferencias significativas en la incidencia de eventos cardiovasculares adversos intrahospitalarios.

Dr. Cristian M. Garmendia
Miembro del Comité Editor CACI
Título original: Mini-Crush Versus Double Kissing Crush in Bifurcation Percutaneous Coronary Intervention: Insights from PROGRESS-BIFURCATION registry.
Cita: Akbar UA, et al. AJC 2025. DOI: 10.1016/j.amjcard.2025.10.024

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