Autor: Dr. Cristian Garmendia
Diversos estudios han demostrado que, en pacientes con síndrome coronario agudo con elevación del segmento ST (IAMCEST), cerca del 50% presenta enfermedad aterosclerótica de múltiples vasos (MV) concomitante al vaso culpable del evento coronario índice, lo que se traduce en una peor evolución clínica durante el seguimiento. En este sentido, y con un incremento cercano al 8% en la mortalidad, se ha demostrado que la revascularización completa —es decir, del vaso culpable y de aquellos no culpables del IAMCEST— se asocia con un beneficio clínico en el seguimiento.
Este beneficio de la revascularización completa cuenta con evidencia robusta. Así, un metaanálisis reciente ha demostrado una reducción de eventos clínicos adversos a los 2.4 años de seguimiento. Sin embargo, más allá de este beneficio en el mediano plazo, hasta la fecha no existía evidencia a largo plazo que respaldara esta estrategia terapéutica.
El objetivo del presente estudio, presentado durante la sesión de Late Breaking Trials de la primera jornada del Congreso EuroPCR 2025, fue analizar las implicancias clínicas alejadas de la revascularización completa (RC) en comparación con la revascularización del solo vaso culpable (RI), en pacientes con IAMCEST y enfermedad multivaso concomitante.
Con este propósito, se realizó un análisis extendido de la cohorte del estudio multicéntrico aleatorizado DANAMI-3–PRIMULTI, que incluyó pacientes con IAMCEST y enfermedad MV, con al menos una lesión significativa en un vaso no culpable del evento índice. Los pacientes fueron aleatorizados en una relación 1:1 a tratamiento con RI o RC guiada por la determinación de la reserva fraccional de flujo coronario (FFR) en los vasos no culpables con estenosis <90%. Para el análisis del seguimiento extendido a 10 años, el objetivo primario fue la ocurrencia de muerte, infarto agudo de miocardio (IAM) o necesidad de nueva revascularización.
Se incluyeron un total de 627 pacientes en el análisis a 10 años. En concordancia con los resultados iniciales del estudio DANAMI-3–PRIMULTI, que había demostrado un beneficio de la RC a 36 meses (HR 0,56 [IC95% 0.38–0.83]; p=0.004), el seguimiento extendido mostró una reducción sostenida del 23% en eventos en el grupo de RC (54% vs. 45%; HR 0.76 [IC95% 0.60–0.94]; p=0.014).
Este beneficio fue impulsado principalmente por la menor necesidad de revascularización de vasos no culpables (16% vs. 27%; HR 0.48 [IC95% 0.33–0.70]), sin observarse diferencias estadísticamente significativas en la mortalidad por todas las causas (HR 0.96 [IC95% 0.70–1.31]) ni en la incidencia de IAM (HR 0.90 [IC95% 0.60–1.35]) entre ambos grupos. Considerando el total de eventos sin censura del primer evento adverso, la RC se asoció a una reducción absoluta de 13 eventos por cada 100 pacientes, lo que representa un beneficio clínico sustancial. Además, en el análisis de subgrupos preespecificado, se evidenció un mayor beneficio en pacientes más jóvenes y en aquellos con IAM anterior.
Conclusiones
En pacientes con síndrome coronario agudo con elevación del ST y enfermedad coronaria multivaso concomitante, la revascularización completa —incluyendo el vaso culpable y los no culpables— se asocia a un beneficio clínico significativo en el seguimiento a 10 años.
Dr. Cristian M. Garmendia
Miembro del Comité Editor CACI