Autor: Dr. Cristian Garmendia

El reemplazo valvular aórtico percutáneo (TAVI) se ha consolidado como una de las principales estrategias de abordaje terapéutico para pacientes con estenosis aórtica (EA). En este contexto, una proporción no despreciable de pacientes presenta enfermedad coronaria aterosclerótica concomitante, lo que obliga a analizar la mejor estrategia terapéutica para este subgrupo.

Diversos estudios han postulado que, en presencia de EA, la evaluación funcional mediante métodos basados en fisiología endovascular —como la reserva fraccional de flujo coronario (FFR)— puede verse alterada, lo que podría conllevar a un tratamiento inapropiado. Hasta la fecha, no existe consenso respecto del abordaje óptimo de las estenosis coronarias intermedias en pacientes sometidos a TAVI.

Durante las sesiones de Major Late Breaking Trials de la segunda jornada del Congreso EuroPCR 2025, se presentaron los resultados del estudio FAITAVI, que buscó determinar la utilidad de la revascularización coronaria percutánea mediante angioplastia (ATC) guiada por fisiología, en comparación con la estrategia basada exclusivamente en la angiografía convencional, en pacientes con EA severa sometidos a TAVI.

El estudio FAITAVI fue un estudio clínico multicéntrico, aleatorizado, abierto, con adjudicación ciega de eventos, diseñado para evaluar superioridad. Se incluyeron pacientes con EA severa y enfermedad coronaria aterosclerótica concomitante, sometidos a TAVI. Los participantes fueron aleatorizados en una relación 1:1 a una estrategia de revascularización basada en FFR o en angiografía convencional. Se incluyeron estenosis que comprometían el tronco de la coronaria izquierda, y se excluyeron pacientes con síndrome coronario agudo reciente o con fracción de eyección ventricular izquierda severamente deprimida (<35%). En la rama guiada por angiografía se revascularizaron las lesiones con estenosis >50 %, mientras que en el subgrupo FFR solo se trataron aquellas con valores <0,80. El objetivo primario fue el compuesto de muerte por cualquier causa, infarto agudo de miocardio (IAM), revascularización del vaso diana guiada por isquemia (TVR), accidente cerebrovascular (ACV) y sangrado mayor (MACCE).

Se incluyeron para el análisis un total de 320 pacientes. La edad promedio fue de 86 años, con un 40 % de mujeres y una puntuación promedio en el score STS-PROM de 3. Es importante destacar que el uso de FFR redujo en un 30 % la necesidad de revascularización mediante ATC (60 % en el grupo FFR vs. 91 % en el grupo angiografía), y que el subgrupo optimizado por FFR logró una tasa de revascularización completa del 99 %, significativamente mayor que la del grupo guiado por angiografía (77 %).

En cuanto al objetivo primario, se observó una reducción estadísticamente significativa de eventos adversos mayores (MACCE) en el grupo FFR en comparación con el grupo angiográfico (8,5 % vs. 16 %; HR 0,52 [IC95 %: 0,27–0,99]; p = 0,047). Esta diferencia estuvo determinada principalmente por una reducción significativa de la mortalidad total (2,4 % vs. 7,7 %; HR 0,31 [IC95 %: 0,10–0,96]). Cabe resaltar que los pacientes cuya revascularización fue diferida según los resultados del FFR presentaron una evolución clínica comparable durante el seguimiento a un año.

 

Conclusiones
En pacientes con estenosis aórtica severa y enfermedad coronaria aterosclerótica sometidos a TAVI, la estrategia de revascularización coronaria guiada por FFR se asoció a una reducción significativa de eventos clínicos adversos en el seguimiento, en comparación con la guía angiográfica convencional.

Dr. Cristian M. Garmendia
Miembro del Comité Editor CACI