Diversos estudios han demostrado que el infarto agudo de miocardio sin estenosis coronarias angiográficamente significativas (MINOCA) representa entre el 5% y el 10% de los síndromes coronarios agudos. Dado que este cuadro puede tener múltiples etiologías subyacentes, se ha evidenciado que la ausencia de un diagnóstico claro y de un tratamiento médico individualizado se asocia a un pronóstico clínico desfavorable.

La angiografía diagnóstica presenta importantes limitaciones a la hora de establecer la etiología del MINOCA. En este contexto, la resonancia magnética cardíaca (RMC) se ha postulado como una herramienta diagnóstica capaz de caracterizar la afectación del miocardio con alta reproducibilidad, convirtiéndose en uno de los métodos más utilizados para confirmar la etiología de estos cuadros. Sin embargo, hasta la fecha, existe escasa evidencia sobre el impacto de la RMC en la modificación de la conducta terapéutica, así como sobre sus implicancias clínicas en el seguimiento a mediano plazo.

El objetivo del presente estudio realizado por Adil Rajwani y colaboradores del Royal Perth Hospital (Australia) fue analizar las implicancias clínicas y el rol pronóstico de la RMC en pacientes con diagnóstico de MINOCA.

Para ello, se llevó a cabo un estudio multicéntrico observacional de cohorte prospectivo, que incluyó pacientes con diagnóstico de MINOCA durante el período comprendido entre enero de 2019 y julio de 2023. Se evaluó el diagnóstico etiológico presuntivo y la estrategia terapéutica antes y después de la realización de la RMC. El objetivo primario fue el cambio en el diagnóstico y/o tratamiento en función de los hallazgos aportados por la RMC.

Se incluyeron en el análisis un total de 320 pacientes. La edad promedio de la cohorte fue de 55.6±12.3 años, con un 52% de sexo masculino. El diagnóstico etiológico presuntivo previo a la RMC fue infarto agudo de miocardio en el 61% de los casos, seguido de miocarditis (17%) y etiología incierta (13%). Cabe destacar que el uso de métodos de imagen intracoronarios, como la tomografía de coherencia óptica (OCT), fue limitado (4%).

En el total de pacientes incluidos, se observó que la realización de la RMC se asoció a un cambio en el diagnóstico y/o en la estrategia terapéutica en el 63% (IC 95%: 57–68; p < 0.001), así como a un aumento significativo en la certeza diagnóstica (puntaje subjetivo de certeza pre-RMC 6/10 vs. post-RMC 8/10; p < 0.0001). Los factores predictores independientes del objetivo primario fueron: realización temprana de la RMC (≤14 días), ausencia de aterosclerosis en la angiografía diagnóstica, y bajo nivel de certeza diagnóstica inicial (≤5/10).

La presencia combinada de estos tres factores predictores se asoció a un cambio diagnóstico/terapéutico en el 80% de los casos, mientras que su ausencia se reflejó en una tasa de cambio del 40%. Además, en el subgrupo de pacientes en los que se había iniciado tratamiento con doble antiagregación plaquetaria (DAPT) a pesar de no haberse identificado una estenosis coronaria responsable del evento índice, el número necesario de RMC para justificar la discontinuación de la terapia fue de 3.

 

Conclusiones
En pacientes con infarto agudo de miocardio sin estenosis coronarias angiográficamente significativas (MINOCA), los hallazgos aportados por la resonancia magnética cardíaca se asociaron a modificaciones significativas tanto en el diagnóstico etiológico del evento índice como en las estrategias terapéuticas adoptadas. En este contexto, la suspensión de la DAPT en determinados casos podría tener implicancias clínicas sustanciales.

Dr. Cristian M. Garmendia
Miembro del Comité Editor CACI

 

Título original: Clinical impact of cardiac magnetic resonance imaging in myocardial infarction with non-obstructive coronary arteries: a prospective multicentre cohort study.

Cita: Rajwani A, et al. Heart 2025 Epub ahead of print. DOI:10.1136/heartjnl-2024-325181

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