En pacientes con enfermedad coronaria aterosclerótica (ECA), la angioplastia transluminal coronaria (ATC) es uno de los pilares del tratamiento contemporáneo. En este contexto, se ha demostrado que la optimización mediante métodos de imagen endovascular, como el ultrasonido intravascular (IVUS) o la tomografía de coherencia óptica (OCT), así como mediante métodos basados en fisiología endovascular, como la determinación de la reserva fraccional de flujo coronario (FFR), se asocian con un beneficio clínico en el seguimiento.

Dentro de los métodos basados en fisiología, existen aquellos que emplean cuerdas de presión (métodos invasivos) y otros que pueden realizarse a partir de las imágenes coronarias adquiridas durante la cinecoronariografía diagnóstica (métodos no invasivos). Aunque ambos enfoques han demostrado beneficios clínicos, hasta la fecha no se ha comparado el impacto clínico de los métodos fisiológicos basados en angiografía con los métodos de imagen endovascular en este escenario clínico.

El objetivo del presente estudio, realizado por el Prof. Xinyang Hu y colaboradores y presentado durante las sesiones de la segunda jornada del Congreso Americano de Cardiología ACC 2025, fue comparar el beneficio de los métodos fisiológicos basados en angiografía, en relación con la imagen intravascular, en pacientes con ECA sometidos a ATC.

Para ello, se llevó a cabo el estudio FLAVOUR II, un estudio multicéntrico, abierto, aleatorizado y de no inferioridad e iniciado por investigador que incluyó para el análisis pacientes con ECA y estenosis coronarias de al menos el 50% en vasos epicárdicos de ≥2.5 mm, estimadas visualmente mediante angiografía. La cohorte se aleatorizó en una relación 1:1 para recibir una ATC optimizada mediante métodos fisiológicos basados en angiografía o IVUS. Estos métodos no solo fueron determinantes en la toma de decisiones respecto al tratamiento del vaso identificado, sino también en la correcta optimización del implante del stent de acuerdo con criterios preespecificados para ambos métodos. No se permitió el uso simultáneo de ambos enfoques. El objetivo primario fue el compuesto de muerte, infarto agudo de miocardio (IAM) y necesidad de revascularización a 12 meses del procedimiento índice, evaluado mediante un análisis por intención de tratar, con un margen de no inferioridad preestablecido de 2.5%.

Se incluyeron en el análisis un total de 923 pacientes en el subgrupo optimizado mediante fisiología no invasiva (FFR derivado de angiografía [FFRa]) y 916 en el subgrupo IVUS. La mediana de edad de la población fue de 66 años, con un 67.9% de hombres. La revascularización mediante ATC se realizó en el 69.5% del subgrupo FFRa y en el 81.0% del subgrupo IVUS.

En cuanto al objetivo primario, la incidencia de eventos fue del 6.3% en el subgrupo sometido a valoración mediante FFRa, en comparación con el 6.0% en aquellos sometidos a IVUS (p de no inferioridad = 0.022; HR 1.04 [IC 95%: 0.71-1.51]) con un seguimiento a 12 meses. En términos de mortalidad, no se observaron diferencias estadísticamente significativas entre ambos subgrupos (1.8% vs. 1.3%; HR 1.34 [IC 95%: 0.63-2.83]; p = 0.45). Asimismo, la incidencia de angina recurrente en el seguimiento fue baja en ambos subgrupos (2.8% vs. 3.8%).

Conclusión
En pacientes con enfermedad coronaria aterosclerótica, la determinación de la reserva fraccional de flujo coronario basada en angiografía (FFRa) fue no inferior al ultrasonido intravascular (IVUS) para guiar y optimizar la revascularización mediante angioplastia transluminal coronaria en términos de eventos clínicos adversos en el seguimiento.

Dr. Cristian M. Garmendia
Miembro del Comité Editor CACI

Título original: Angiography-derived fractional flow reserve versus intravascular ultrasound to guide percutaneous coronary intervention in patients with coronary artery disease (FLAVOUR II): a multicentre, randomised, non-inferiority trial.

Cita: Hu X, et al. The Lancet 2025. DOI: 10.1016/S0140-6736(25)00504-5

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